Ese escalofriante momento

La ética del cuidado también se aprende

Los mimos no entienden de colores

Anoche sucedió lo que el padre postpatriarcal y yo, la mala madre feminista, llevamos años temiendo. La frase llegó a quemarropa: <<El rosa es de niñas>>. Palidez, pánico, tartamudeos por ambas partes… Finalmente, pregunta policial: <<¿Quién -coño, quisiéramos decir- te ha dicho eso?>>. Confesión del nombre del pequeño misógino preescolar responsable de tamaña contaminación de la mente de nuestro noble vástago, que hace menos de un mes exigía la habitación rosa, la bata para el cole rosa, los calcetines rosas y así hasta el infinito. La verdad es que al pronunciar el nombre de tamaño mini machirulo (cuyo padre no se despide de él con un beso cuando lo deja en el cole, sino con una palmadita en la espalda, no sea que un exceso de ternura lo convierta en Gloria Gaynor o en marica -¡Oh Dios mío!-) provocó que el padre postpatriarcal y yo rompiéramos a reír como locos ante la estupefacción del ofendido hijo. <<¿De qué os reís?…>>. <<¡Es que eso es una tontería!>>. Más risas. Por ahora el buen hijo no ha insistido en más cuestiones cromáticas y sigue encantado con su habitación rosa, bata rosa, calcetines rosas… más allá de las opiniones estéticas de los precoces guardianes de la heteronormatividad y el patriarcado… Uf, la cosa se pone difícil, vamos a necesitar mucho sentido del humor.

Esta entrada fue publicada el 6 noviembre, 2014 a las 12:27 pm. Se guardó como Binarismo de género, Familias postpatriarcales, Heteronormatividad, Homofobia, Masculinidades y etiquetado como , , , , , . Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

4 pensamientos en “Ese escalofriante momento

  1. Por tu última entrada y esta, las únicas que he leído de momento, deduzco que vuestro hijo tiene muy buena madre y muy buen padre. Así da gusto.

    • Gracias, Paula, se hace lo que se puede; hace tiempo que estoy en el camino de ir desmontando poco a poco el listón de exigencia tan alto que nos ponen a las mujeres cuando somos madres, tan internalizado, y el padre está en su propio camino de ir descubriendo qué es eso de ser un papá postpatriarcal. De modo que somos una familia un poco «en tránsito», aprendiendo cada día de nuestros pequeños y grandes errores. ¡Un abrazo!

  2. Enhorabuena familia! (te sigo gracias a que coincidimos en el taller de Erika). En casa también tenemos un pequeño cuyo color favorito es el rosa. Aún así, ha llegado alguna a vez a decir que «es color de chicas» porque lo ha escuchado en el cole. No hemos preguntado de quién. Sabemos que un pequeño de 3 o 4 años aún no puede elegir ser sexista, sino que actúa por imitación. Y al igual que vosotros, nos hemos reído y le hemos dicho que «es un color más». Ojalá y en los senos de estas nuevas familias logremos un mundo más tolerante, con menos etiquetas y prejuicios. Un gran abrazo!.

    • Hola, Elimar ¡un placer reencontrarte aquí!
      Qué bien saber que también tenéis un pequeño disidente en casa :), sin duda el reírse y tratar con naturalidad todos estos temas es súper importante.
      ¡Te mando un fuerte abrazo, y también un besote para tu pequeño!

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